25 de enero de 2017
 
 Un estilo atemporal que se hace más cálido con el fin de incorporarlo a la decoración del hogar actual. ¡Así se logra!
 randes espacios diáfanos, donde los  elementos arquitectónicos tienen tanto protagonismo como el mobiliario,  de materiales nobles y de líneas sencillas y rectas, dotándole de un  toque que nos recuerda a las fábricas de los 40. La funcionalidad y el respeto por los elementos arquitectónicos son dos de las claves de este estilo 
, que hoy ofrece su cara más relajada y menos fría. Estas son las claves para conseguir este look en tu casa. 
 
  Su pasado 
 
 
 Nació con la conversión de antiguas  fábricas y naves en viviendas con espíritu de loft. Nueva York es, sin  duda, la inspiración de este estilo lleno de guiños a la city 
. Espacios diáfanos, que desnudan las estructuras, 
con paredes de ladrillo, columnas metálicas o suelos de cemento, que  evocaban el pasado urbano y la arquitectura como elementos esenciales.  Como ‘vive’ en grandes espacios, se muestra mejor a través de grandes  ventanales y techos altos que multiplican la luz y los metros. Sin  olvidar su carácter funcional, una de sus señas de identidad más  importantes. 
 
  Espacios al desnudo 
 
 
 Paredes de ladrillo, suelos de cemento, tuberías y columnas metálicas… Nada se oculta si no que se muestra 
y forma parte del ambiente. Los elementos arquitectónicos tienen vida  propia y ayudan a configurar los espacios, imprimiéndoles ese sello  factory, que le define y le otorga fuerza y carácter. 
 
 Se trata de un estilo sencillo y  funcional, por este motivo evita recargarlo con muchas piezas y apuesta  por el minimalismo: sólo las piezas prácticas que necesitas en tu vida  diaria. La simplicidad es fundamental para este look 
. 
 
 Respecto a los colores, a los cementos y a los grises se les une el blanco en todas sus versiones, 
desde el puro hasta el roto, más confortable. Si quieres introducir una  pincelada de color, hazlo únicamente en las piezas temporales, en los  cojines, por ejemplo, que los renovamos cada cierto tiempo o en  elementos secundarios, como una silla. Nunca en los muebles  protagonistas del espacio. 
 
  Muebles funcionales 
 
 
 Todo al servicio del carácter práctico,  nada debe ser superfluo o innecesario, sino que debe tener una función  en el espacio. Se trata de un look amante de los materiales nobles 
,  por lo que la madera, el hierro o el metal son sus principales aliados.  Son piezas llenas de fuerza visual, que no hacen concesiones a  materiales de nueva generación. Piezas pesadas de líneas rectas, con  grandes ruedas o partes desgastadas y oxidadas. 
 
 Han de ser elementos que resalten la  naturaleza de los materiales, que se ofrezcan puros, sin artificios ni  acabados, que desnuden la estructura. Por este motivo, se ven  desgastados, con cierto aire retro lleno de encanto: los de oficio son una apuesta segura. 
Las  luminarias fabriles, con campana de metal de aspecto antiguo y los  espejos son dos otros básicos que te ayudarán a recrear esta atmósfera  de una forma fácil. 
 
  Neo-industrial: más cálido 
 
 
 Hoy lejos de ser un espíritu frío  incorpora ciertos toques de calidez a través de los accesorios, las  telas, las alfombras o materiales naturales, que hacen más acogedor el  ambiente respetando, eso sí, sus señas de identidad. Este neo-industrial es una versión más relajada del original, 
en el que  incluso tienen cabida las plantas y en donde pueden incorporarse  ‘separaciones invisibles’ (tabiques de cristal, muebles que actúen como  biombos…) que dividan el espacio, para otorgarle mayor funcionalidad. 
 
  Este estilo decorativo es una apuesta segura, sobre todo en espacios de  grandes dimensiones, ya que no entiende de modas y resulta siempre  atractivo visualmente y con personalidad propia. 
 
 
 Fuente: 
 















